El fútbol ha probado ser la vía única capaz de cambiar el destino en la vida de sus protagonistas.
Y es que a muchos futbolistas, les ha tocado experimentar el llegar a la cúspide de sus carreras tras muchos años de trabajo para después probar la amargura de una caída en picada de un solo zarpazo.
Para el fortunio de muchos, el fútbol también se jacta de brindar segundas oportunidades, renovar el espíritu de superación y recompensar los sacrificios de aquellos que esperan ávidamente el cambio en su destino.
El día en que Marco Pablo Pappa Ponce firmó el precontrato que lo ligaba por cuatro temporadas al cuadro neerlandés SC Heerenven, el guatemalteco se hallaba en la cúspide de su carrera futbolística con apenas 24 años de edad. Sus cuatro temporadas y media con Chicago Fire, además de su vasta experiencia en la selección de su país, hablaban de los pergaminos del joven futbolista.
El chapín, empero, no contaba con que su periplo en tierras neerlandesas y apenas duraría un año y seis meses, jugando tan solo 12 partidos, contribuyendo con seis asistencias, y lo peor, no teniendo respuestas concretas del porque la banca de suplentes se había convertido en su mejor posición en la cancha.
mlssoccer.com
Y es que a muchos futbolistas, les ha tocado experimentar el llegar a la cúspide de sus carreras tras muchos años de trabajo para después probar la amargura de una caída en picada de un solo zarpazo.
Para el fortunio de muchos, el fútbol también se jacta de brindar segundas oportunidades, renovar el espíritu de superación y recompensar los sacrificios de aquellos que esperan ávidamente el cambio en su destino.
El día en que Marco Pablo Pappa Ponce firmó el precontrato que lo ligaba por cuatro temporadas al cuadro neerlandés SC Heerenven, el guatemalteco se hallaba en la cúspide de su carrera futbolística con apenas 24 años de edad. Sus cuatro temporadas y media con Chicago Fire, además de su vasta experiencia en la selección de su país, hablaban de los pergaminos del joven futbolista.
El chapín, empero, no contaba con que su periplo en tierras neerlandesas y apenas duraría un año y seis meses, jugando tan solo 12 partidos, contribuyendo con seis asistencias, y lo peor, no teniendo respuestas concretas del porque la banca de suplentes se había convertido en su mejor posición en la cancha.
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