
Salió de su casa por la mañana pensando en ganar el clásico 211 ante los cremas y nunca más podrá regresar. Con una maleta llena de sueños, el deseo de graduarse de una licenciatura en deportes, de ver crecer a sus dos hijos, de estar con sus padres y de defender la portería de Municipal y de la selección nacional, Josué Danny Ortiz Maldonado murió ayer en el Hospital Centro Médico, de la zona 10 de la capital guatemalteca, producto de un sangrado interno, no detectado al momento de ingresar al centro asistencial, que le ocasionó un paro cardíaco y posteriormente la muerte.
El golpe que recibió al chocar con Rodríguez pareció no tener consecuencias. Por eso, ayer en el hospital privado donde falleció Ortiz, la consternación, el dolor, las lágrimas y el silencio era total.