Menos de media hora después de haber terminado el partido, cientos de familias y aficionados llenaban los alrededores de El Obelisco y agitaban banderas, lucían camisolas bicolor y llevaban los rostros pintados con azul y blanco.
Decenas de jóvenes brincaban, bailaban y gritaban consignas como “!Viva Guatemala!”, “¡Qué viva la Sele!”, “¡Guate, Guate!”, mientras que en los alrededores comenzaba a formarse un congestionamiento vehicular de dimensiones impensables.