Carlos Mérida y Estuardo De León comparten más que una amistad de casi 15 años: tanto el arquero como el ala son sobrevivientes de aquella selección de Guatemala que, en su condición de país anfitrión, disputó la Copa Mundial de Futsal de la FIFA 2000.
Tailandia 2012 significa, pues, su tercera experiencia mundialista para ambos, ya que también lideraron a los chapines en Brasil 2014. La pregunta es: ¿será esta la última para ellos? “Para mí sí”, le dice con firmeza a FIFA.com De León, capitán y cerebro del triunfo ante Colombia por 5-2 en el debut. “Sé que somos parte de una generación que ha logrado cosas importantes, pero también que llegó la hora de darle paso a los jóvenes. ¿Qué mejor manera de hacerlo que tras una Copa del Mundo?”, se pregunta el jugador de 35 años.
Mérida tiene 34 y también jugó un papel clave en la remontada ante los Cafeteros, con atajadas puntuales en momentos claves, como aquel penal que contuvo en el primer tiempo. Por eso resulta extraño que, sin ser tan taxativo como su compadre, ya hable del adiós. “La renovación está a la ha vista… Hay 6 o 7 jugadores de 2008 y tenemos jóvenes de 21 o 22 años que están trabajando bien. Entonces tú sientes que puedes retirarte tranquilo”, explica.
En la conversación queda claro que se conocen bien y se llevan mejor, más allá de que jueguen para equipos distintos en la semiprofesional liga de su país. Mérida cree saber cuál es el punto de conexión más allá del tiempo que llevan juntos en la selección: “Nuestro origen. Los dos venimos de barrios muy humildes y somos conscientes de que encarnamos el sueño de todo niño, que es salir de allí y llegar a un Mundial. Es una dicha de Dios”.
via. fifa.com
Tailandia 2012 significa, pues, su tercera experiencia mundialista para ambos, ya que también lideraron a los chapines en Brasil 2014. La pregunta es: ¿será esta la última para ellos? “Para mí sí”, le dice con firmeza a FIFA.com De León, capitán y cerebro del triunfo ante Colombia por 5-2 en el debut. “Sé que somos parte de una generación que ha logrado cosas importantes, pero también que llegó la hora de darle paso a los jóvenes. ¿Qué mejor manera de hacerlo que tras una Copa del Mundo?”, se pregunta el jugador de 35 años.
Mérida tiene 34 y también jugó un papel clave en la remontada ante los Cafeteros, con atajadas puntuales en momentos claves, como aquel penal que contuvo en el primer tiempo. Por eso resulta extraño que, sin ser tan taxativo como su compadre, ya hable del adiós. “La renovación está a la ha vista… Hay 6 o 7 jugadores de 2008 y tenemos jóvenes de 21 o 22 años que están trabajando bien. Entonces tú sientes que puedes retirarte tranquilo”, explica.
En la conversación queda claro que se conocen bien y se llevan mejor, más allá de que jueguen para equipos distintos en la semiprofesional liga de su país. Mérida cree saber cuál es el punto de conexión más allá del tiempo que llevan juntos en la selección: “Nuestro origen. Los dos venimos de barrios muy humildes y somos conscientes de que encarnamos el sueño de todo niño, que es salir de allí y llegar a un Mundial. Es una dicha de Dios”.
via. fifa.com