Los minutos fueron avanzando y el cuadro costarricense sabía que el empate le bastaba para avanzar a las llaves de eliminación directa, aunque no se quedaron del todo tranquilos.
Y así fue como, en el 83, un cabezazo de Anthony Hernández acabó completamente con las aspiraciones del equipo chapín y mandó a los ticos a la siguiente ronda, como segundos, acompañando a Plaza Amador, sorprendente líder del grupo A.