Inició el mundial y con ello días de muchas emociones para las selecciones participantes, los aficionados y en general para todos los países que se verán representados en Brasil 2014.
Sin duda, el futbol es uno de los deportes que genera más reacciones emotivas entre sus seguidores, sin embargo, es importante que conozcas lo que tú pones juego cuando te apasionas con un encuentro.
Debes tener en cuenta que tú cerebro juega su propio partido, ya que en su cancha se disputa un aumento o disminución de la actividad fisiológica del organismo con efectos positivos y negativos.
El entusiasmo que puede generar apoyar a nuestro equipo favorito, que tenga una buena actuación o que logre el triunfo, aunado a un ambiente social favorable, como verlo en compañía de amigos o familia causará un estado de felicidad producido por la intensa liberación de dopamina ante un suceso muy esperado.
Así lo explica el Dr. Eduardo Calixto, Jefe de Neurobiología del Instituto Nacional de Psiquiatría.
"Cuando ganamos un partido de futbol, entiéndase nuestro equipo, saltamos, gritamos levantamos los puños, esto quiere decir que la amígdala cerebral está desbordando su emoción, y la corteza prefontal va dirigiendo esto de una manera inteligente y el giro del cíngulo etiqueta la emoción de ganamos, este proceso es más fuerte cuando lo esperamos, no es lo mismo un gol al minuto 5 que al minuto 90, es tanta la emoción que se genera la liberación de adrenalina, dopamina y nos hace seres totalmente entregados a la emoción"
Y es tal la sensación de bienestar que causa la emoción de un gol que es similar a la que provoca un orgasmo.
"Cuando una persona se compra por ejemplo zapatos, la liberación de dopamina anda alrededor de 150-200 nanogramos y esto dura aproximadamente no más de 8 horas, sin embargo, cuando hay un orgasmo va de 450 a 550 nanogramos de liberación de dopamina, este factor dura también muy poco tiempo, es menor de una hora, el anotar un gol y que gane la selección mexicana andamos alrededor de unos 350-500 nanogramos, esto quiere decir , que es semejante la liberación de dopamina cuando se tiene un orgasmo que cuando anota gol la selección o cuando gana el equipo favorito"
Pero cuando ocurre el caso contrario, nuestro equipo pierde, es eliminado o sentimos que se cometió una injusticia, el cerebro también reacciona etiquetando sensaciones como enojo, frustración, ira, ansiedad o tristeza con efectos negativos para nuestro metabolismo.
"Cuando estamos muy tristes la amígdala tiene una activación mucho más rápida, la liberación de dopamina es más rápida, nos enojamos, sin embargo la etiquetación de la emoción a nivel del giro del cíngulo hace que nos sintamos triste y que este procesamiento entre el enojo, la frustración y la tristeza se genere un proceso de mayor obsesión"
El especialista indica que entre los 15 y 22 años es la etapa en la que el cerebro libera más dopamina, por ello, los jóvenes incluso hasta los 30 años, suelen perder más fácil el control.
Además, si padeces alguna enfermedad crónico-degenerativa será mejor que no sigas el partido en vivo y esperes a que te platiquen el resultado, pues podrías poner en riesgo tu salud, es verdad que hay encuentros no aptos para cardiacos.
"Las personas que tienen trastornos como diabéticos, hipertensos, tienen una taza liberación de adrenalina mucho más alta y también cambios en la liberación de insulina, por lo tanto la aceleración cardiaca es más intensa y están predispuestos a tener arritmias, por eso muchas personas en los mundiales de futbol, en las olimpiadas se refiere que es la mayor tasa de infartos, cuando los equipos ganan o pierden, porque es mucha la liberación de adrenalina a nivel corporal conlleva a que muchas de las enfermedades crónico-degenerativas a ese nivel se exacerben comas diabéticos, infartos van a ser más frecuentes, también tenemos que reconocer que las personas que tienen algún trastorno de la personalidad se afianza más fuerte ahí"
Así como los jugadores se preparan para dar su mejor partido, tú también debes hacerlo, y si quieres disfrutar debes estar en buena condición física y emocional para resistir 90 minutos de tensión o quizá más ante el riesgo de enfrentar tiempos extras y ronda de penales, y por supuesto estar preparado para la victoria o la derrota.
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